miércoles, 10 de junio de 2020


Se despierta a las siete, incluso antes. Al comienzo, pensó que las diez era una buena hora para acostarse, con suficiente tiempo para comer como antes y leer lo que quisiera. Pero los días se fueron acortando con tanto por hacer. Cuando empieza a oscurecer, el día le parece terminado o más que terminable, cansada como está de limpiar incluso los rincones donde nunca limpiaba; de cocinar apurada para no perder nada de lo guardado; de moverse, por no dejar de hacerlo; de comentar y responder y estar siempre presente. Ojalá hubiera algo que la distrajera, pero todas las películas le parecen o demasiado simples o demasiados graves. Se acuesta, con algo de luz todavía en la ventana.

No hay comentarios: