Colecta
Solo tres respondieron al
pedido. Solo tres, incluido el conserje, pero con eso fue suficiente para
juntar lo que quería y salir con una bolsa pesada de migas en la izquierda y la
correa del perro imprescindible en la derecha, un perro de interior, lento y
aficionado a las cunetas. Pero no se quejaba. En la plaza no había más que unas
pocas palomas picoteando desganadas en el pasto, pero bastó con que abriera la
bolsa para que llegaran veinte o más y tordos y gorriones, tan contentos como él en esa media hora, pobres bichos ausentes para todos, aislados en sus ramas.
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