“Ir al dentista” era uno de los mensajes que se repetía en el calendario de la computadora todas las semanas, junto con “renovar el pasaporte” y “comprar otra maleta”. La primera vez desde que empezó la cuarentena sintió que podía aguantar otros diez días. Se apareció de nuevo y lo postergó hasta diez días más, ¿cuánto podía durar eso? Cuando volvió a aparecer, casi pasado un mes, los plazos eran otros y decidió dejarlo para fines de mayo. Poco después y para no ilusionarse, lo aplazó hasta mediados de julio, como podría haber sido agosto o comienzos de octubre. No quería pensar en noviembre y mucho menos en enero.
domingo, 16 de agosto de 2020
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