miércoles, 15 de abril de 2020


Hace unos meses, aprendió muy feliz y sin que nadie lo ayudara a mandarse mensajes por mail que programaba para cualquier futuro. Además de ayudarlo a organizarse con un método mucho más fácil que ir llenando el calendario de pendientes, pensaba que le servirían si quisiera perderse por unos días en la playa, sin que nadie supiera que estaba lejos, y mandarles saludos envasados a todos los que pudieran preocuparse.
Ahora, desde hace una semana, ve aparecer los mensajes con asombro, sobre todo los que van seguidos de un “no vayas a olvidarte". Ahora que esos mensajes sobran y tiene que ignorarlos o postergarlos hasta una fecha elegida como quien hace apuestas, hay muchos que suenan a vacío, mensajes de una urgencia que hoy nadie reconoce. 

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