El paquete de mascarillas chinas
viene con una advertencia en letras grandes: “Recuerde que entre su boca y la
tela hay un enorme espacio”. “¡Enorme espacio!”, piensa, “¡a los chinos no más
se les ocurre!”. Cuando lleva corriendo más de cinco minutos, no hay espacio, solo
ahogo. Mira a los que se cruza, a los que pasan con la cara descubierta por la
otra vereda. Aspira a fondo, como en un ejercicio, y se imagina a millones de
chinos que corren por sus calles, sonriendo.
lunes, 30 de noviembre de 2020
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