La descubrió una mañana anidando en el balcón. Cuando salió a regar aunque llovía, detrás del ficus y detrás de él en el rincón de la derecha, un nido en las baldosas hecho con pocas ramas. Esa tarde, usando el único permiso que le quedaba para la semana, salió a comprar alpiste, sin saber si servía, y se lo dejó cerca por si acaso. Pero la ve salir todos los días, quizá a buscar algo mejor, y en la casa hay una alegría rara, algo que tiene un arrullo de paloma.
domingo, 13 de junio de 2021
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