Cuando se les termina el sueño y se encuentran los tres de madrugada, juegan con los sonidos que les llegan: imaginan que los perros son de campo y se ladran de un lado al otro de un estero, cambian el arrastre de los tarros de basura por el sonido antiguo de una carretela. Pero, hagan lo que hagan, el silencio se cuela; no hay nada que agregarle. Solo unas gotas de lluvia, que no son más que eso: gotas, lluvia.
martes, 29 de junio de 2021
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