Julio. Un día de sol y en plena
cuarentena. Ronald y Eugenio se toman una calle vacía, adolescentes en
su primer encuentro después de conocerse en una red de raperos anónimos. Tienen
entre los dos todo lo que necesitan: la mochila de la que sobresalen varias
latas con mucha cafeína, parlantes diminutos y la calle sin autos. Poleras
limpias, jeans no de marca pero limpios también y zapatillas cómodas. Cuando me
acerco, intentan unos pasos. Cuando me alejo, siguen poniéndose de acuerdo y
contándose cómo empezaron con el baile. Ya en la otra cuadra, los veo repetir
los pasos que indica la pantalla. No los ve nadie más; nadie, salvo los perros
que protestan.
jueves, 22 de octubre de 2020
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