jueves, 10 de septiembre de 2020

“Es que tengo mucha suerte”, piensa cada vez que vuelve de un paseo de unas cuadras. ¿Qué podría ser suerte, ahora, que no sea cruzarse con alguien que se acerque demasiado? Como le sobra el tiempo, busca imágenes de “suerte” y encuentra las más típicas: tréboles, herraduras, amuletos. Busca en Internet y descubre que puede ser el resultado positivo o negativo de un suceso poco probable, lo que le sirve de muy poco. Un día que se anima a llegar hasta el cruce con el río, le pregunta qué es suerte al vendedor de flores que se instala en mitad de la calle, esquivando los autos.

Sin encontrar respuesta, vuelve de cada caminata de no más de un cuarto de hora, que es lo que aguanta caminando con la mascarilla que lo ahoga, y sin darse cuenta, cuando deja los zapatos a la entrada, se oye pensar lo mismo, con las mismas palabras.

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