domingo, 28 de junio de 2009

Texto inspirado en la publicación de los inéditos de Cortázar en el 2009

El autor murió exactamente hace 25 años. Ella, no la única que pasó por su abraazo pero que siempre vivió en su cercanía, dice haber descubierto después de tantos años varias cajas hasta el borde de inéditos.
Las mismas cajas que se dejan escarbar durante varios meses y producen un porcentaje más o menos similar de poemas juveniles, cartas a familiares y a muchísimos amigos vagantes por el mundo, uno que otro discurso y varios relatos cortos que su eterna autocrítica le impidió publicar estando en plena vida.
Ella, la que siempre estuvo cerca, se alegra de encontrarlo nuevamente y de que vuelva a sorprenderla. Quiere escarbarlo todo y compartir lo que sólo ella tiene, aunque sellado por el propio autor poco antes de su muerte.
Y nunca faltará un joven profesor o un escritor que recién ha empezado a mostrar sus voces, fascinadamente dispuesto a compartir tantos rastros de historia.
El autor, no sabemos. Pero quiero pensar que habría preferido una buena fogata, celebraciones improvisadas siempre de madrugada, unos restos de vino, un comienzo de mate. Y el silencio que siempre quiso darle a algunas de sus obras.

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