Escribes.
Como todas las noches, te sientas a escribir.
A veces, solo unas pocas líneas, un retrato, una imagen.
Como
todas las noches, describes lo que sea: una conversación entre dos
desconocidos, una sonrisa, algunas frases sueltas sin ningún punto aparte.
Escribes
cuentos que no llevan a nada, título y poco más, deshilachados.
Escribes
y una noche el cuento se completa, no porque lo hayas querido más que otros.
Simplemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario