A falta de aire libre, pasa treinta
minutos en la mañana y otros treinta en la tarde en la trotadora, que por
suerte alcanzó a comprar antes de que se agotaran. En estos meses, aprendió a
medir los pasos y las calorías, a medir lo que llaman “las distancias” aunque
no está lejos de nada. Todo eso delante de imágenes fundidas en el televisor, que
pueden ser de nubes o paisajes exóticos, de bosques o de olas y que reprograma
cada día para sentir que algo cambia.
domingo, 7 de marzo de 2021
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