Eran las 2:26 de la mañana y le sorprendió el silencio: ni un solo
auto, ni ladridos ni voces. Recién pudo dormirse cuando escuchó un camión que
se acercaba por la avenida, silbando primero, tronando después como un tren de
los viejos para romper ese equilibrio ajeno.
sábado, 5 de enero de 2019
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario