Soledad soñaba con un silencio en el que pudiera estar
sin distraerse, con una disciplina, un entusiasmo. A falta de eso, se dejaba llevar por un libro
o por varios, por las hojas veteadas que descubría en cada caminata. Por los pájaros que en esa primavera
empezaban a cantar mucho antes que los autos llenaran de frenazos la callecita
arbolada.
viernes, 25 de diciembre de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario