Lo único que le daba algo de alivio en la silla de ruedas después de dos operaciones
a la columna era pasarse horas viendo cine; acordarse del director ruso que
dijo "el arte no habla de lo que somos sino de lo que podríamos ser”.
Y entonces caminaba.
jueves, 1 de enero de 2015
Después de la primera convalecencia, lo primero que recuperó
fueron los pájaros, la luz y los reflejos de la calle. Mucho después vino el café y sin leche. Las ganas de llorar, pero de asombro.